Budapest entre aguas

Que mejor forma de convencer a una niña de tres años de que vamos a ir sin su mama, lejos sin  que nos entiendan, sin una mama inseparable,todo por una lactancia ha echo que ese vínculo sea dependiente en todo momento, nos levantamos y estaba convencida porque el avión que ibamos a tomar era de color rosa, solo eran tres días, tres dias sin las rutina y todo lo que le rodeaba, un destino cercano y fácil: Budapest.

Llegamos en la calma de una ciudad dormida, era un domingo y la ciudad descansaba para llegar teniamos una casa reservada habiamos contactado por correo, al llegar no tardaron en llegar la pareja que alquilaba su  casa , era una casa de época, como todas las del centro, con un techo altísimo, era aqui donde íbamos a descansar.